"... Mujer creadora, mujer libre, niña. Es el tiempo de la realización de la mujer. Se presenta, finalmente, el estadio en que el deber ya no recibe un “no” por respuesta, sino un verdadero “sí”. Sin embargo, este deber ya no es un dragón ni una voluntad ajena; la mujer ha creado su propio mundo, donde sólo existen su voluntad y su deber propios. Se ha olvidado del dragón y ha dejado atrás el reflejo destruido; sus manos han cicatrizado. La mujer libre para crear, ahora, es plenamente libre. Piensa libremente, cree libremente, valora libremente y, por supuesto, actúa libremente..."