El olor de tus besos y el sonido de mi piel...
Señoras y señores, la pasión.
Damas y caballeros, el sentido emparejado,
una pareja sólo de sentidos.
A ti nunca te extraño....
Novedoso número cinco, el viejo insistente.
No tenemos más cómplices que los cinco sentidos. Pentatú, pentayó, pentadós. Contigo veo, huelo, toco, oigo y saboreo mis pecados. Y sólo pecar me ha salvado, y no existe salvación sin purificación pecaminosa.
No compartimos más pecados que nuestros cinco sentidos. Por el sabor de mis palabras en la imagen de tu perfume, no podemos dudar ya que hay modelos de límites empíricos. Mi amor de un día a cierto día, te digo, estamos modelando la realidad.
Te pido que me saludes como me besas ahora.
Me saludas como ayer.
Nos besamos como siempre.
Pero ahora te recuerdo como nunca.
Del desamor y sus demonios...