Del desamor y sus demonios...

lunes, 29 de octubre de 2007

Pentadeunomás

El olor de tus besos y el sonido de mi piel...
Señoras y señores, la pasión.
Damas y caballeros, el sentido emparejado,
una pareja sólo de sentidos.
A ti nunca te extraño....

Novedoso número cinco, el viejo insistente.

No tenemos más cómplices que los cinco sentidos. Pentatú, pentayó, pentadós. Contigo veo, huelo, toco, oigo y saboreo mis pecados. Y sólo pecar me ha salvado, y no existe salvación sin purificación pecaminosa.

No compartimos más pecados que nuestros cinco sentidos. Por el sabor de mis palabras en la imagen de tu perfume, no podemos dudar ya que hay modelos de límites empíricos. Mi amor de un día a cierto día, te digo, estamos modelando la realidad.

Te pido que me saludes como me besas ahora.

Me saludas como ayer.
Nos besamos como siempre.
Pero ahora te recuerdo como nunca.

martes, 23 de octubre de 2007

Nacimiento agónico

Érase una vez en mi país de ilusiones, un final sin inicio.
Aquélla fue una vez en mi país de ridículos, una historia sin nudo.
Alguna vez hubo en nuestro país de amor, un lío que se prolongó.
Habrá una vez en tu país de recuerdos, una mujer que poco duró.

Veces hay muchas.
Aventuras hay aún más.
Pero este sentimiento a medio nacer ya velado y enterrado
es sólo uno, solo y mío, sin nadie ni nada más.

Jamás volverás a toparte con la ingenuidad de mis días felices.

Ésta es una vez más en mi tumba de ilusiones, una ilusión más en agonía.
Aquel fuiste tú en mi lista de amores, éste eres tú en mi libro de desamores.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Noche de jazz matutino

Esta noche tengo ganas de ti, músico. Esta noche tengo ganas de todos, músico.
Esta noche tengo ganas de noche, y noche tras noche ganaré más ganas de noche.

Lo nuestro fue una noche, nuestra noche.

Nuestros acentos adoptados predominaban sobre nuestro origen común. No te recordaba, y no te recuerdo, pero siempre te recordaré. No olvidaré aquella fresca mañana de resaca apresurada, cuando tomaste tu guitarra y me enseñaste la diferencia entre el blues y el jazz. Nunca dudé que fueses un profesional, a pesar de que creías más en mi incredulidad artística que en tu talento de donjuán.

Esta noche no se me quitan las ganas de ti, músico. Esta noche te buscaré entre mis sábanas, músico. Se me ha perdido un jazzista, diré con acento español. Se me ha perdido un mexicano, uno de mi pueblo, será el eco de mi profundidad verbal.

Una noche, no me faltó más. Pero una noche no me bastó, quiero más. Quiero secuestrarte, seducirte una y otra vez hasta cansarme de esconderme contigo. Quiero que me vuelvas a proponer irme contigo, prolongando la propuesta más allá de aquel cuarto de baño y los cinco minutos que duró nuestra pasión clandestina.

Adiós invitados. La invitada se va con el colado. Júzguenme, que la moralidad es mi enemiga. Júzguenme, que el alcohol ha vuelto a hacer de las suyas. Yo me voy, sólo tengo esta noche. Nos vamos, invitados. Una noche, una nada más…

martes, 16 de octubre de 2007

24 horas en 24 líneas

¿En qué idioma quieres que hable?
En el cursi idioma del cursi amor.
Madrugada, empieza nuestra jornada.
Hora 1, filosofía veraniega, superflua, cocobonguera.
Hora 2, tequila sunrise, y tú y yo, y el Atlante.
Hora 3, tus labios y mis labios, y Gadamer.
Hora 4, la Torre de Babel viaja en un taxi surrealista.
Hora 5, ya hay verbos, y cuatro molletes.
Hora 6 por 4, 24 besos, 24 caricias, 24 minutos de amor.
Hora 7, un paraguas español, nuestro techo.
Hora 8 por 3, 24 pasos, 24 pesos en la comercial mexicana.
Hora 9, tu siesta en el sofá del hotel.
Hora 10, tu calificación.
Hora 11, las expectativas y Platón esperan en una hamaca.
Hora 12 por 2, 24 miradas, 24 palabras, 24 fotografías.
Hora 13, ha pasado mucho tiempo desde que nos besamos...
Hora 14 más 10, obsesión por el 24, 24 besos más no bastan.
Hora 15, ya no existen más besos que los tuyos.
Hora 16, Isla y Mujeres, Isla Mujeres, Tú y Sólo Tú Solo.
Hora 17, al fin solos.
Hora 18, hora 19 y hora 20. Instante eterno. Explotamos.
Hora 21, el cuerpo del delito del amor según Kundera.
Horas 22 y 23 fundidas. Tus ojos azules matutinos y míos.
Las 24. Inicio final del final inicial. Adiós mi amor, hola qué tal.